Te veo en unos meses

Argentinos pisó fuerte en Alta Córdoba, se cortó en la punta y sueña con la final frente a Instituto.


CORDOBA (CORRESPONSAL). Con paso de campeón. A partir de un orden impecable y una solidez tremenda, Argentinos volvió a demostrar que, por ahora, tiene un plus sobre el resto, y que si no pasa nada raro en las ocho bolas que quedan, tendrá que hacer otra excursión en junio a Alta Córdoba para pelear por el primer boleto a la A. Sí, el Bicho ganó uno de esos partidos que hay que ganar para soñar a lo grande. Pisoteó al capo del Apertura en su propia casa y consolidó su ilusión de pegar la vuelta a Primera.

Sin dudas, empezó a edificar su victoria mucho antes de que Arce la mandara a guardar. Ya de movida se vislumbró que el planteo del Checho sería redituable. Porque Pérez Castro y Biglia coparon la parada en la mitad y se apropiaron de la bocha. Los leoncitos del medio les ganaban la pulseada a Godoy y Favre, el doble cinco local, y distribuían con criterio para arrimarse a Caranta. Pero como no había un enganche que manejara los hilos —el mayor déficit del Bicho en el torneo—, los avances terminaban en remates de lejos (ojo, con mejor puntería el plan hubiera funcionado). Salvo las dos veces que se despegó Arce. En la primera, a los 37´, se encontró mano a mano, gracias a la insistencia de Bonvin y a un rebote fortuito en la espalda de Biasotto, y definió con clase. Al toque, apareció solito tras una habilitación de Machín, pero su derechazo se fue cruzado. Lo de la Hiena también fue interesante en defensa: controló a Peralta, el mejor argumento ofensivo de Instituto. Y con el Rata anulado y Raymonda en la luna de Valencia, no había chance de dar vuelta la tortilla.

La misma historia. El ST sólo sirvió para que Argentinos justificara definitivamente la victoria. El ingreso de Bustamante por el debutante Castro parecía que le daba otro aire al local, pero pasados los 10´, entre Bidal y Machín le encontraron la vuelta y listo el pollo. A kilómetros de su producción del Apertura, a La Gloria hasta le faltó ese rapto de rebeldía para ir a buscar como sea y, en el peor de los casos, vender cara la derrota. Envuelto en impotencia, sólo inquietó con un tiro de Silva bien resuelto por Velázquez. Por eso, a cinco meses del "dale campeón", el grito unánime fue el insulto al presidente Diego Bobatto. El Bichito lo manejó siempre y terminó toqueteando y resolviendo sin dramas un partido más que importante. Por la tabla del torneo, por la general y por el envión anímico. Y porque, quizás, haya sido el ensayo general para cuando llegue la verdá de la milanesa. Se verá...

FUENTE: DIARIO OLE