Seguimos en la B
Godoy Cruz no jugó mal pero perdió y Mendoza continúa lejos de la A
BUENOS AIRES (Enviado especial)- Fue como llegar al infierno, al mismísimo hogar de Lucifer. Con la malvenida de gente violenta y desesperada que algún día supo ver a sus muchachos disputar el título de mejor del mundo con la Juventus y ahora sufría por un lugar en la Promoción, para ver si puede volver. Con dirigentes que veían muy complicado su futuro y optaron por convertirse en pseudoguapos para amedrentar y asustar a esos que podían amargarles la existencia. Así lo recibieron a Godoy Cruz, que igual se plantó en la "cuna de grandes" sin miedo y sacando pechito, sin arrugar ante un clima muy difícil y a llevarse esa clasificación que en ningún momento pareció estar lejos. A lo grande. Pero esto es fútbol, que a diferencia del boxeo no se gana por puntos, y en coincidencia con el deporte de los puños, se puede ganar "noqueando". Porque ¿cuántos nocauts tuvo servidos el Tomba...? Si el primero fue cuando no iban ni dos minutos y Giménez no anotaba de cabeza sin más resistencia que el arquero y el arco. Si la tiró afuera... Si el Tanque otra vez tenía una desde fuera del área y Velázquez se la tapaba abajo. Si el arquero del Bicho le sacaba al córner una a Duarte, Maisterra también se lo perdía solo y Vezzani se la regalaba al 1 local. Saque sus propias conclusiones. Todas esas eran para el Expreso, y Argentinos Juniors apenas generaba peligro (una forma de decir) con un tiro de Pisculichi desde fuera del área, que Pozo atajaba sin el más mínimo problema. Ya no sabían a quién putear los hinchas de Argentinos: si al técnico, a los jugadores o a los dirigentes. Pero lo cierto es que veían como en su propio campo de juego se les escapaba la última oportunidad de regresar a primera. Por eso, ese barbado ídolo del club y la selección del Mundial ?86, ese Batista ?ayer olvidado por casi todos? habrá pegado más de un alarido en el entretiempo, y les habrá dicho a sus jugadores que jueguen los últimos 45 minutos como eso: los últimos. Y lo habrán escuchado nomás, porque el Bicho se fue con todo hacia Pozo. Casi descontrolado, pero se fue. Y Godoy Cruz ya no era el mismo. Porque empezó a desordenarse y empezó a ver cómo llegaba el local. Una falla de Nicotra dejó a Pisculichi solo con Pozo, que logró tapar con mucho esfuerzo, abajo. Era la primera llegada clara de Argentinos. Y un aviso. Hasta que el arquero del Tomba cometió su primer (y único) error de la tarde. Salió a cortar un centro casi hasta la media luna del área cuando había tres defensores en el lugar listos para despejar; la pelota le vino a Pérez Castro afuera del área, quien pateó de sobrepique y el balón le "rebotó? en la pierna derecha a Quinteros para meterse en el arco. Increíble, si ya nadie daba algo por Argentinos. Pero así es la vida, y un rato después, tras una contra "dos por uno Oberman-Biglia" contra Nicotra, el movedizo Biglia (el único claro en el local) quedaba solo ante Pozo para definir y cocinar la historia. Ahí todos los Tombinos se habrán acordado de ese primer tiempo del que nadie se habría sorprendido si lo tenía como ganador hasta por dos goles. Ya no servían la claridad de Maisterra para recuperar y distribuir, la conducción de Leo Torres y el empuje del Flaco Miranda. Era una historia sentenciada, que finalmente recordará al más flojito que se quedó con todo y al más claro con nada. Eso sí, con la frente alta y un crédito a futuro bien abierto.
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