Me pareció ver a una linda Gatita.
Gastón Fernández no se resiste a ser suplente: entró, le dio frescura al ataque de River y desequilibró en el pobre amistoso ante el Bicho.

Clásico de los gatos: van dejando atrás vida tras vida. Total, siete son las que se dice que tienen...Gastón Fernández, la Gata, aprovechó la chance de renacer que le dio Leo Astrada y ahora, a cuatro días del debut en el Apertura, ¿quién se anima a asegurar que para él todo está perdido? No, no vuelve a Racing, asegura que va a seguir peleándola y despeja rumores, justamente, peleándola. A pesar de que ayer por la mañana fue uno de los "suplentes" que empató contra Ferro, el Jefe insistió con él por la noche en la fiesta de Argentinos y ahí se oyó maullar a Fernández. Como Don Gato manda.Hubo un tiempo.
El partido amistosísimo no resiste un complejo análisis. Los nueve cambios que el Checho Batista metió en los primeros 25 minutos dan cuenta de que lo importante no estaba en la cancha sino en lo que se viene. Sin embargo, el segundo tiempo de River merece su comentario y sólo a partir de la Gata. Antes, apenas un tirito de Cuevas, cruzado y de zurda. Después de los 11, cuando Gastón saltó al Diego Armando Maradona, hubo movilidad y encuentros cercanos de todo tipo. Entre Sand y Fernández, entre éste y Ludueña, con destellos de Sambueza, con el apoyo de Méndez...
No hay que confundirse: lejos estuvo este River del ideal. Lejísimo. Casi sin profundidad, sin sorpresa por las bandas, con carencia en el armado de las jugadas y hasta con dudas en el fondo. Fue amistoso para casi todos. Menos, claro, para los que habían jugado a la mañana. Se notó en las ganas de la Gata y Ludueña, y también de Sand, tres que aparecen fuera de los probables 11 que jugarán contra Colón. De sus pies nació el único gol: Hacha para Sand, apilada por la izquierda y centro atrás para que la empuje Fernández, tranquilito.Acá estoy yo. Lo de la Gata no fue un aluvión de fútbol. Fue, apenas, un compilado de buenas intenciones en el frente ?entró por Cuevas? y sumándose al medio, en el armado. Fue, en una noche fría y pobretona de fútbol, el momento felino. Para completar la historia familiar, un gatito ?éste, gris con manchas marrones? entró a la cancha, disfrutó escapándose de la la defensa de Argentinos y se escabulló por detrás del arco de Morales. Como su pariente, recibió aplausos.No jugó de enganche, como Astrada pretendía. Jugó para ganarse un lugar arriba y se sumó al lote de candidatos a acompañar a Maxi hasta que vuelva Salas. Ahí está la Gata. Vivita y peleando.
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