El centenario del club de la Paternal
Escuela de fútbol
Argentinos Juniors, un semillero doméstico, que tuvo el privilegio de ver nacer a Diego Maradona, cumplirá cien años el domingo próximo



Si de algo puede vanagloriarse Argentinos Juniors en sus primeros cien años de vida, que cumplirá el domingo próximo, es de haber hecho realidad un sueño: marcó el antecedente indeleble de que un club de barrio, fundado casi sin querer y con escasos recursos, puede llegar a disputar una final para determinar si podía ser, por un año, el mejor del mundo... La quimera nació el 15 de agosto de 1904, cuando en una desaparecida cancha de Luis Viale y Añasco, una forzada fusión entre dos clubes ?para reunir once jugadores? entre Mártires de Chicago y Sol de la Victoria, dio cuenta del poderoso Catedral Porteña.
.Tras el éxito, la pregunta: ¿por qué no hacer permanente esa impensada unión? La respuesta fue poner manos a la obra y ese mismo día se fundó, con la improvisación del caso, la Asociación Atlética y Futbolística Argentinos Unidos de Villa Crespo, nombre extenso e incómodo que mutaría y se abreviaría con el tiempo.
.La primera cancha estuvo en Aráoz y Triunvirato y fue efímera. La segunda, en Fraga y Estomba, duró un poco más, mientras que en una obra en construcción de Villa Crespo se estableció la primera comisión directiva. Hubo una fusión con Atlanta, en 1934, que no prosperó y en 1940, ya en el estadio de Juan A. García y Boyacá, el equipo quedó cerca del ascenso a primera división, que no prosperó por una cuestión reglamentaria.
.En 1955 fue campeón de primera B y empezó un derrotero de 40 años consecutivos en el círculo privilegiado. Hasta que 1960 fue una gran temporada, y con una portentosa delantera que integraron Canseco, Pando, Carceo, González y Sciarra, Argentinos empezó a ganarse la merecida fama de cultor del juego prolijo, atildado, con variantes y muy grato para la vista. Socialmente, adquirió el complejo deportivo Las Malvinas, frente a la estación Arata del ferrocarril Urquiza, en 1968.
.Futbolísticamente, su historia vivió un quiebre en 1976, con la llegada de su máxima figura: Diego Maradona. Desde la fulgurante aparición de "Pelusa" en adelante, el nombre de Argentinos Juniors se escuchó en cada rincón del planeta, y llevó al conocimiento general del mundo la propensión a generar cracks de esa cantera que aún hoy abastece a los más poderosos equipos locales y del mundo. Para orgullo de los héroes de antaño, como Pedersoli, o de los más modernos, como José Pekerman.
.El resto es historia reciente. Y agitada, por cierto. La sabiduría de Angel Labruna armó un gran equipo, pero la muerte lo sorprendió antes de ver sus frutos. Roberto Saporiti tomó la posta y el Metropolitano de 1984 fue un despliegue de fútbol y goles que los Bichitos cristalizaron con su primera corona vernácula. Borghi, Ereros, el Pepe Castro, Domenech, el Checho Batista, Videla, Vidallé, J. J. López, Pavoni y otros se ganaron la admiración general. Pero pese al baño de gloria, no se durmieron en los laureles.
.En 1985, con José Yudica como conductor, la vitrina de la Paternal se pobló con la Copa Libertadores de América. Por esas cosas del destino (y los penales) no pudo conquistar la Copa Europeo-Sudamericana ante el fuerte Juventus de Michel Platini, pero ya Argentinos había escrito una historia con letras doradas y dejado su impronta en la competición internacional.
.Las ventas de astros como Borghi, Pasculli, Dertycia y Hugo Maradona le dieron un buen pasar económico que administraciones no muy buenas fueron minando, al punto de llevar al club a perder hasta su preciado estadio.
.Igualmente, los paladines del buen fútbol siguieron brotando como hongos: Redondo, Mayor, Pena, Fernando Batista, Placente, Cáceres, Gancedo... Ya sin la gloria de antaño, la entidad no paró de generar figuras que, muy jóvenes, emigraron en busca de un mejor porvenir profesional y económico: Sorin, La Paglia, Cambiasso, Riquelme, Insúa... una lista interminable.
.Con dos descensos a la B Nacional y sus posteriores ascensos en los últimos ocho años, con el estadio de García y Boyacá recuperado tras una emotiva reunión en diciembre último, y con la fe renovada para nuevas batallas en primera división, Argentinos vive esta semana su fiesta centenaria. Con la premisa, ante todo, de mantener viva la tradición que habla del buen fútbol, del cuidado de la pelota y del respeto por el espectáculo y la exigencia de su gente. Esa que lleva a los simpatizantes a hinchar el pecho con orgullo y seguir entonando su viejo himno tibunero: "...los bichitos/ fútbol y toque/ los Globetrotters de la Paternal..."
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Por Daniel Meissner De la Redacción de LA NACION
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