ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

viernes, septiembre 24, 2004

El chau del Checho

Batista se fue de Argentinos por decisión de los mismos dirigentes que el domingo le pidieron que no renunciara. "Me sorprendió esa actitud, pero no tengo reproches", dijo.



En la mañana de ayer, Sergio Batista salió a dirigir la práctica con la preocupación lógica de un técnico que está a cargo de un equipo que perdió seis de siete partidos, pero con la convicción de alguien que puso su renuncia a disposición y fue ratificado con firmeza por los dirigentes. Por eso la derrota del miércoles, ante Quilmes, no podía ser un detonante... si es que existe coherencia. Pero ayer hubo otra clara muestra de que pocos son capaces de mantener su palabra durante mucho tiempo. Cuando el ahora ex técnico de Argentinos estaba listo para dirigir el entrenamiento en GEBA, el presidente Luis Segura y los vices Rubén Forastiero y Daniel Guerra, se presentaron y le pidieron su partida, que fue aceptada en buenos términos por el DT. "Estamos muy dolidos. Quiero destacar la grandeza del Checho, que siempre pensó en el bien del club. Hizo un gran trabajo, con un ascenso incluido, pero ahora los resultados no se dieron", explicó Guerra.Pocas horas después de su cesantía, y con Chiche Sosa ya ungido como su sucesor, Batista daba pistas de su estado de ánimo. "Me sorprendió la actitud de los directivos, pero no tengo reproches. Estaba con la fuerza para revertir la situación porque hay equipo. Igual, el club está ante todo", dijo el Checho en diálogo con Olé. Y vinculó a la mala suerte la sequía de resultados. "El equipo no ligó. No fuimos superados por ningún rival", afirmó. Un dato: Argentinos siempre perdió por la mínima diferencia.Más allá de los argumentos, ayer se terminó el segundo ciclo del Checho en el Bicho: "Esta es mi casa. Creo que cumplí con el objetivo de ascender en sólo seis meses, después lamentablemente tuvimos este mal arranque. Espero volver a dirigirlo", cerró con tristeza el DT tras el adiós.Es un chau al Checho, que confía en el hasta luego, porque sabe que La Paternal es su casa.

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