A mí me gusta, gil
Con un grito de Caneo, el hombre gol, Quilmes hundió aún más a Argentinos. La gente empezó silbando al pibe, que paga por no ser de la casa, pero al final deliró...
Ya no hay dudas: el pibe se la banca. Resulta extraño este presente de Caneo, porque parece que como llegó de Boca con la chapa de ser uno de los niños mimados del Virrey está obligado a rendir examen (y obviamente, aprobarlo) en cada partido que juega. Los hinchas de Quilmes no le perdonan una, lo silban cada vez que intenta jugar y no le sale, algo que no ocurre con los históricos Vivas y Braña. Pero él no baja los brazos. Y cómo los va a bajar si con sus gritos es el goleador de un equipo, cuya asignatura pendiente es moverle la red al rival. Porque con el de anoche, Quilmes lleva tres goles y ¡dos los metió Caneo! El restante lo embocó Saavedra ante el Rojo en aquel centro que se le coló a Navarro Montoya en el arranque del torneo. O sea que hablando de números, Caneo convirtió el 66% de los tantos del conjunto de Alfaro, mientras que la totalidad de los delanteros (Bastianini, Ariel López, Carrario y Bonvin) todavía permanecen vírgenes en lo que respecta a meter la bola...El PT de Quilmes fue olvidable. Al extremo de tener un solo tiro al arco de Trullet desde afuera del área. En ese lapso, Argentinos fue un poco más, tuvo mejor manejo de la pelota pero también careció de precisión en el ataque. Y cuando ajustó ese aspecto, chocó contra Pontiroli, quien tapó tres pelotas muy complicadas. La mayor, un disparo a quemarropa de Biglia desde el punto del penal. El Bicho sigue sin rumbo, propone un juego interesante pero carece de punch y por eso apenas cosechó tres puntos sobre 21. Algo que tiene nerviosos a sus hinchas, quienes ven que los tiempos se acortan y el equipo no aparece, ni suma.Con el ingreso de Diego Torres por el lesionado Saavedra, Quilmes cambió la actitud. Esto sumado a que Andrés Pérez (reemplazó a Galdames) les contagió a sus compañeros esa cuota de sacrificio y temperamento que tanto festejan los hinchas de Quilmes. Pero eso no fue todo, porque también apareció el pizarrón, algo que identifica a los conjuntos de Alfaro. Y que tan buenos resultados le dio en Quilmes. Centro de Trullet a la salida de un tiro libre desde la izquierda, Desábato bajó la bocha al medio del área y Caneo, con una tijera, destrabó su garganta. Ahí el pibe cambió los silbidos por aplausos, se soltó y apareció en su mejor versión.El Bicho se puso nervioso, en lugar de jugar fue a pelear. Y Quilmes estuvo en su salsa. De contra tuvo chances de aumentar, pero Carrario y Bastianini demostraron que andan torcidos para el gol. Igual, ya se había desahogado con el de Caneo. El hincha de Quilmes no es ningún gil...
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