ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

domingo, noviembre 14, 2004

VELEZ 1 - ARGENTINOS 1: NO PUDO CON ARGENTINOS, QUE TUVO A UN PISCULICHI INSPIRADO, Y QUEDO TERCERO EN LA TABLA

Con otro empate, Vélez apenas sumó frustración

Se desdibuja su condición de aspirante. Se le escapa Newell's. Quedó abajo de Estudiantes y lo acecha River, dos de sus próximos rivales.




Así no, Vélez. Así, con tanto nervio y con tanto apuro es difícil ser campeón. Hay que estar ahí, es cierto. Delante de la pelota y de la realidad que obliga y condiciona. Hay que lidiar con el miedo escénico y cargar con la pesada chapa de candidato para saber lo que se siente. Pero así son las cosas, Vélez.Por ejemplo, cuando entró Leandro Gracián en el segundo tiempo, mostró el camino con la pelota contra el piso. Hizo la pausa, levantó la cabeza, no le quemó la pelota. Y le sirvió el gol al Roly Zárate para el 1-1 y para ver qué pasaba... Para ver si Vélez se tranquilizaba, bajaba un poco los decibeles de la búsqueda, y a la determinación le endosaba caudal de juego.Pero no. Fue imposible. Argentinos, llevado de la mano de un Pisculichi inspirado, y con la serenidad colectiva por no tener que apostar fuerte en lo alto de la tabla, fue la contracara. Y con eso le complicó la vida. Le manejó la pelota cuando pudo y le discutió la posesión cuando el desarrollo se tornó confuso. El empate no le aportó demasiado a los de Chiche Sosa, que venían de humillar a Independiente 3-0 en La Paternal. Pero a Vélez el empate, definitivamente, le dejó poco y nada.Sí, es cierto, en un torneo tan equilibrado, con un título que coquetea con un montón de pretendientes, un punto es mejor que ninguno. Pero la cuestión pasa por el respaldo futbolero que debe tener un aspirante firme. Y Vélez, que después de vencer a Huracán de Tres Arroyos perdió con Colón y empató dos al hilo (Banfield y Argentinos) parece un equipo demacrado en la recta final del Apertura. Para colmo, ayer no tuvo ni a Fuentes (suspendido) ni a Castromán (desgarrado). Contó con el retorno de Rolando Zárate, sí, pero utilizó de apuro a Juan Manuel Martínez por la fiebre que afectó a Bardaro y a Valdemarín, entre otros jugadores. En este contexto, Vélez quiso hacer todo rápido ayer. Quiso acorralar a Argentinos a pura presión. Pero al cabo sólo presionó su propio temperamento. Y vaya si se notó...Ya en el arranque Rolando Zárate metió un tiro en el travesaño. Vélez iba. Pero cuando volvía quedaban huecos, bien aprovechados por Pisculichi para abastecer a Piriz Alvez y Oberman. Así llegó el gol visitante: Pisculichi, bien bicho, edificó una gran jugada sobre la izquierda, cedió a Piriz Alvez y éste empujó la pelota al gol. A esa altura, Vélez era una sombra a la deriva.Fanesi sacó a Martínez y a Marcelo Bravo. Metió a Mauro Zárate y a Gracián. Quedaron tres atrás, con Ladino a la derecha. Cubero fue al medio, al lado de Somoza. Y nada... Al rato salió Batalla y entró Santiago Bianchi para rellenar el inoperante sistema ofensivo. Llegó el 1-1 porque Gracián frotó la lámpara y porque el Roly no perdió la memoria. Pero nada más. Incluso Pisculichi guardó un tiro libre en el travesaño. Esas imágenes postreras, con Maximiliano Pellegrino de 9 buscando un cabezazo salvador, y con la impaciencia decorando el contorno, lo dijeron todo. Fue empate. Y frustración. Pero claro, como todo el mundo empató, la esperanza sigue andando.


Protección divina para Chiche

Parece que las plegarias que hace Osvaldo Chiche Sosa a la Virgen da sus frutos. Desde que el técnico retornó a Argentinos, su equipo consiguió 13 puntos sobre 24 en disputa. Ganó los tres partidos que jugó con los grandes de local (San Lorenzo, Boca e Independiente). Ayer visitaba a otro protagonista del campeonato. Dio indicaciones en el vestuario. Después, en el banco se quedó sentado mientras al lado de la raya de cal se paró su amigo Pistola Vázquez. Y aunque fue empate en Liniers, otra vez rió Chiche.




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