ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

lunes, junio 20, 2005

ARGENTINOS 5 - HURACAN (TA) 1 : EL EQUIPO DE LA PATERNAL APLASTO A SU RIVAL DESCENDIDO Y ALIMENTA EL SUEÑO DE SEGUIR EN PRIMERA

Goleó a primera vista

Argentinos, que no ganaba en su cancha desde la primera fecha y llevaba cinco años sin convertir cinco goles, zafó del descenso directo y se aleja de la Promoción.







El cielo cubierto de nubes amenazantes, el invierno que asoma con su aliento helado y la modorra del día del Padre... Elementos suficientes para generar un cóctel de interrogantes entre los fieles de la pelota: ¿era una buena idea abandonar la placidez del hogar para vivir un nuevo capítulo de la Aventura del Descenso? La invasión de prejuicios terminó en noventa minutos. Lejos de la pelea grande, nadie apostaba que el partido de la fecha tendría como escenario La Paternal. Pero de pronto, como ese amor que se encuentra en el lugar menos pensado, Argentinos encantó con una goleada a primera vista, un homenaje para Diego Maradona, visitante ilustre, zafó del descenso directo y, por ahora, de la Promoción...



Tuvo una decena de minutos a pura incertidumbre, es cierto. Sin embargo, ¿casualidad del destino?, apenas llegó Diego al estadio que porta su nombre, Argentinos encontró el rumbo. Atrás había quedado el susto por un cabezazo de Caggiano que hizo temblar al palo y a los hinchas. Era tiempo del fútbol y el toque, como si se tratara de la reencarnación de los viejos Globetrotters. Para volver a ganar en casa, como no sucedía desde la inauguración del torneo (ante Racing), para volver a cantar un pentagrama de goles, música que por última vez sonó en Primera hace cinco años, el 4 de diciembre de 2000, 5 a 2 a Los Andes, entonces descendido como Huracán y, curiosamente, también en la 17ª jornada, como ayer.



Con un volante que marca pero juega (Gastón Machín) y dos enganches con buen pie (Matías Córdoba y Leonardo Pisculichi), Argentinos liquidó a un equipo entregado. Esa fue la imagen de Huracán, que jugó casi con espíritu amateur. Presentó un arquero frágil, una defensa desesperanzada, un mediocampo rústico y muy poco peso arriba. Se entiende que sólo haya ganado 2 partidos de 36 disputados en la temporada, ninguno de visitante. ¿Vale la pena ascender sin un proyecto serio, sin un plantel de relieve para la categoría?



En nueve minutos, Argentinos gritó por duplicado. Primero: centro de Seltzer, cabezazo de Machín. Segundo: pase profundo de Pisculichi, definición de Carrario. Y aunque en los dos quedó la impresión de que había offside, acertó el asistente, Norberto Moyano, que además anuló otro del propio delantero. Tampoco erró Sequeira en el penal (mano de Fleitas) que Caggiano canjeó por el descuento.



El segundo tiempo tuvo un arranque furioso y letal. Veintisiete segundos alcanzaron para que Pisculichi quedara mano a mano y, después de un rebote en el arquero, anotara el tercero. Y en el primer cuarto de hora, Machín volvió a mostrar su faceta oculta de goleador: con un tiro de tres dedos, al palo de Dulcich, aumentó el delirio. Entonces, Argentinos bajó un cambio. Le cedió la pelota a Huracán, que nada supo hacer, más allá del hábil López Rojas. Y llegó el gol postrero de Morinigo, de cabeza, tras otro pase de Pisculichi. Y el empate de Olimpo, más la derrota de Instituto. Así fluyó el grito del corazón: "Argentinos es de Primera, de Primera no se va..." Fue el cierre de un domingo feliz. Tan feliz como impensado.




La clave
Sin equivalencias
No hubo equivalencias entre unos y otros. Argentinos tuvo mucho más fútbol y resolvió el partido con tranquilidad. Huracán mostró fragilidad en todas sus líneas.

¡Qué goleador!
Gastón Machín
El volante la rompió y por primera vez hizo dos goles en Primera. Con unas zapatillas galácticas, nueva cábala, dijo: "Me emocionó la presencia de Maradona". Pero la dedicatoria fue para su papá.



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