El fuerte La Paternal
Argentinos goleó por 3-0 a Independiente; ya venció a tres grandes en su cancha: antes habían sido San Lorenzo y Boca
Esta vuelta a las fuentes que vive Argentinos le está resultando pródiga en satisfacciones. Su regreso a su cancha, después de tantos años, y la presencia de Osvaldo Sosa, un hombre de la casa que ayer reapareció en el banco tras su operación de cadera, le ofrecen sonrisas a repetición. Los datos lo ilustran: en un lapso muy breve, su renovado estadio ya escenificó triunfos sobre tres equipos grandes. Cayeron sucesivamente San Lorenzo, Boca (ambos 1-0) y anoche Independiente, con una goleada por 3-0, por la 14a fecha del Apertura. Y desde la llegada del DT, los números se revirtieron de una manera asombrosa; antes, el equipo sumaba un triunfo y seis derrotas; desde entonces, tres victorias, tres empates y una caída. Hoy, Independiente es una suerte de contracara; el traspié, el segundo en serie, esfumó sus precarias aspiraciones de entreverarse en las posiciones de punta.
.En algo se parecieron Argentinos e Independiente durante un extenso lapso de la primera parte: una tibieza que casi los inhibió por completo para trascender en ofensiva. Los visitantes pusieron en juego algo más de ambición, pero sus avances fueron demasiado tímidos, sin vuelo. Mayormente tuvieron en los pies de Insúa una estación de tránsito obligada.
.El argumento más notorio de Argentinos, que pocas veces progresó más allá del grado de intención, fue el aprovechamiento de la velocidad de Píriz Alves, con pelotazos; con eso también se buscaba sacarle rédido a la velocidad que propiciaba un campo de juego húmedo y a los titubeos de la defensa de Independiente. Cuando no habían existido señales importantes de ventaja en favor de ninguno, el equipo local llegó al gol tras un córner ejecutado por Pisculichi y un cabezazo de Leandro Fleitas, que se anticipó a una mala salida de Navarro Montoya. Esa fue la primera pelota cruzada que cayó en el área de Independiente; un síntoma de endeblez defensiva en el control del juego aéreo.
.Si alguien esperaba, desde entonces, una postura más agresiva de los Rojos, se equivocó: el equipo no varió su liviandad ofensiva. No estaba el problema en su medio campo, sino cuando las jugadas debían entrar en la zona de fuego. Lo mejor del conjunto de Bertoni estuvo en el final, con una entrada franca de Jairo Castillo, tras un buen pase de Insúa, que resolvió con solvencia el arquero local. Al plan de Argentinos, aprovechar los espacios para lanzar réplicas, le faltó la lucidez y la potencia necesarias; entre tanta ineficacia, las emociones fueron una rareza.
.Argentinos empezó a justificar la goleada con su postura ambiciosa del segundo tiempo. El golazo de Fleitas, con un zurdazo fenomenal desde 35 metros, llegó cuando su dominio era claro. Tras un incidente que derivó en dos expulsiones (ver aparte), Independiente terminó de desorientarse; sólo faltó, para completar la escena, el gol espectacular de Seltzer, un remate de emboquillada desde media cancha ante otra mala salida de Navarro Montoya, casi un calco de la manera en que Rodrigo Palacio castigó al mismo arquero una semana atrás. Y el desabrido Independiente recibió otro golpe, que le da un perfil más negativo a su irregularidad.

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