ESTUDIANTES 1 - ARGENTINOS 3

Le sacó canas verdes


El Argentinos de Osvaldo Sosa se volteó, con efectividad, al Estudiantes de su gran amigo Mostaza Merlo. "Estoy triste", confesó el romántico Chiche.



Con amigos como Chiche Sosa, Mostaza no necesita rivales... Es probable que hoy, en la mesa de los lunes, el técnico de Argentinos le ofrezca disculpas por el garrón que le hizo comer en su propia casa, y que si tuviera que elegir un entrenador para no ganarle, ese sería Merlo. Pero lo cierto es que le pegó una piña futbolística que dejó a Estudiantes semi inconsciente, dudando si puede hacerse ilusiones de pelear la punta.

Merlo recibía a su amigo con la pilcha de siempre. Más allá del esquema, que incluía un enganche (Carrusca), recurría a la imagen de equipo sólido en defensa y durísimo y ordenado en el medio. Y Chiche lo visitaba también con lo habitual: orden, técnica y raspe en cuotas iguales. Un rival incómodo. El gol precoz de Carrario (23 segundos) potenciaría las virtudes de uno, repetiría los defectos del otro, e incluso desnudaría en éste debilidades en aspectos fuertes. Es obvio que el gol tempranero fue funcional al juego del Bicho. Si por lo general es un equipo básico, las circunstancias se lo sirvieron en bandeja. Machín aprovechó su capacidad y las facilidades que encontraba por el sector que le tocaba, extrañamente, a Meléndez, cuya virtud no es el ida y vuelta, precisamente. Tal es así que la apertura del marcador se gestó con un toquecito hacia ese costado, deshabitado. Pisculichi sirvió de eje y referente de la simpleza, le ganó el duelo a un desconocido Bastía. Arriba, Carrario desplegó toda la picardía de su menú. El gol de Pavone también descubrió falencias defensivas de Argentinos. En una pelota parada, la defensa dio el paso adelante en el momento justo y Basanta estaba adelantado, pero el línea Pérsico no vio el fino offside. Esta vez el error fue del asistente, pero el Bicho falló recurrentemente en ese aspecto.

En la segunda etapa, en cambio, el Pincha recibió dos mazazos que certificaron lo impropio de su funcionamiento. Surgen preguntas con algunas respuestas implícitas: ¿no sufre Meléndez al recostarse sobre la izquierda, sobre todo cuando le toca enfrentar un tractor?; si Sosa es punta o media punta, ¿por qué insiste en jugar detrás de la línea de la pelota? ¿Desde el banco sólo se puede aportar desorden en lugar de soluciones? Chatruc, por caso, aún está por debajo del nivel que se espera de él. Las preguntas, claro, sólo surgen a través de la preponderancia de reincidencias. El resto de las falencias del Pincha es excepcional. Ortiz no es el de ayer y la defensa suele ser sólida, al igual que el medio. Lo que le falta es un poco de creación y profundidad.

El partido en sí también despierta un interrogante: ¿puede haber merecido el triunfo un equipo que pateó cinco veces al arco contra 14 del otro? Argentinos explica los datos con efectividad; y Estudiantes volcó el juego desesperadamente en el campo rival, sin ideas y con impericia para definir. "Estoy triste porque perdió un amigo", reconoció amargamente Chiche Sosa. Mostaza perdió el invicto. Los dos, igualmente, pueden quedarse tranquilos: la amistad no se perdió.



Chiche y Mostaza son inseparables

Una relación de años y mucho fútbol
Hubo apuestas
En el verano, durante la pretemporada que estaban realizando en Mar del Plata, Argentinos y Estudiantes hicieron un amistoso. Y ese día, los dos entrenadores apostaron un asado. Ese encuentro lo ganó el Bicho 3-2 y Merlo tuvo que pagar la comida. Ayer, según lo que dijo Chiche Sosa, no hubo ninguna apuesta en La Plata. Es que parece que por los puntos no se juega...

Varias anécdotas entre los dos
En el café de siempre
Mostaza Merlo, en el programa de TyC Sports "Sin Cassette", contó por qué el grupo de amigos que se junta siempre a conversar y tomar unos drinks cambiaron de confitería. "Nosotros íbamos siempre a Tabac, pero Chiche se peleó con un tipo que es habitué de ahí y tuvimos que cambiar por otro lugar (Round Point)", dijo el DT del Pincha. Tranquilo Chiche, tranquilo...


A la calma la llaman suerte...

Con su triunfo en La Plata, el Bicho ya insinúa ser uno de los animadores del campeonato porque, a la solvencia y solidaridad que expuso en el Apertura, le ha agregado pimienta arriba. "Seis goles en dos partidos... Sí, nosotros también estamos sorprendidos", admitió Osvaldo Sosa, quien describió a grandes rasgos a su formación. "Experiencia atrás y chicos que juegan bien del medio hacia adelante. Con este triunfo vamos a agregar un elemento que nos va a ayudar desde ahora: tranquilidad para no pensar todo el tiempo en la tabla del promedio. El torneo pasado nos mostró que se puede y éste debe enseñarnos a seguir por el buen camino".

No necesariamente por su amistad con Merlo, con quien se reencontrará esta noche como cada lunes, Chiche empezó por la suerte a la hora de enunciar los méritos de su equipo. "La tuvimos para convertir el primer gol antes de que se cumpliera el minuto. Cuando sacaron del medio creí que estaba empezando el partido, ja, ja. En el segundo tiempo no, eh. Ahí ya los teníamos estudiados", bromeó. Pero, humor al margen, Sosa explicó la importancia de ese festejo de arranque: "Eso le generó un desgaste mucho mayor a los volantes de Estudiantes, como ocurre con cada equipo que va perdiendo. Y en el segundo tiempo se notó. El calor que hizo fue infernal". Así, Argentinos metió sangre, sudor y lágrimas. Pero de plena alegría.


Uno por uno

M. Gutiérrez (6,5): Buenas tapadas. Una a Bastía tras el 2-1.

L. Fleitas (6): Correcto. Sin pasar al ataque, el más seguro del fondo.

L. Medero (5): En el ST, le cascotearon el rancho.

C. Galván (5): Símil Gardelito. Sacó de arriba, pero por abajo...

A. Seltzer (5): Jugó por el lado que el Pincha atacó. Lo pasó Chatruc...

G. Machín (7,5): Un tractorcito.

F. Pérez Castro (6): Ordenado en lo suyo. Quitó y la jugó redonda.

G. Morinigo (5,5): Inteligente a espaldas de Aquino aunque se apagó peligrosamente en el ST.

L. Pisculichi (8): Sin hacer goles, desequilibró y rompió esquemas.

G. Oberman (6): Flojo hasta el gol.

S. Carrario (7,5): Oportunismo y precocidad. Dos pelotas, dos goles.

M. Mignini: Cumplió como laburante. Ayudante de todos.

H. Colace: Reforzó el medio pero tuvo poca participación.

L. Núñez: Picó en todas.


Si ellos lo dicen...

Gustavo Morinigo
Volante
"Hay que reconocer que llegaron mucho y no nos convirtieron. Nuestra suerte fue la contundencia".

Marcos Gutiérrez
Arquero
"En el segundo tiempo tuve bastante trabajo. El cabezazo de Bastía fue el más difícil porque llegó solo...".


Hubo un debut en Argentinos: Leonel Núñez

Chiche Sosa sigue haciendo debutar pibes del semillero. Ayer fue el turno de Leonel Núñez, de 21 años. El jugador ya había jugado en la B Nacional, en el Apertura 2003, con Gustavo Quintero como entrenador. Y tiene un gol en esa categoría. Es delantero, aunque también puede moverse de volante. Viene de destacarse en una gira de la 4 en Turquía.

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