Para enmarcar
Marcos Gutiérrez se comió uno, dudó en otro y Fabbiani marcó por dos. Después de eso, el arquero se tapó todo, hasta un penal.
Si Argentinos no sufrió una derrota más abultada, no hay dudas de que fue porque Marcos Gutiérrez le bajó la persiana al arco. Lo cerró completamente. Graf y Tilger quisieron descargar la pólvora acumulada desde hace tiempo, pero se acordaron tarde de hacerlo. Porque, a esa altura, la Anguila sacaba todo lo que pasaba por el área. Era para enmarcarlo por todo lo que había sacado (un tremendo tiro de Graf desde afuera, un remate a quemarropa, un penal a Tilger...). Pero claro, no sólo por eso. El que vio el partido entero no se quedó con lo mejor del arquero. Y es lógico, ya que cometió dos errores fatales y Argentinos los terminó pagando caro. Carísimo. Cada falla le costó un gol en contra. Y los dos goles, la derrota. Por eso, la tarde negra de Gutiérrez se terminó destiñiendo hasta tomar un gris (oscuro). Lo opaco, algo, se aclaró. Pero, está claro que no alcanzó.
Argentinos terminó sufriendo su ineficacia ofensiva, más que nada en la primera parte. Si bien Lanús tuvo la más clara (Fleitas se la sacó en la línea a Graf), los de Chiche Sosa inclinaron la cancha. Marini y Pérez Castro, patrones del mediocampo, le dieron vida al equipo. La pelota antes de llegar al área de Lanús, siempre, pasó por la suela de ellos. Ya sea para una asistencia, un cambio de frente, un toque sutil... Pero con ellos dos solos no fue suficiente. Si El Tweety Carrario duerme en cada ataque y queda en offside, si Pisculichi no aparece, si Ruberth Moran es como si no hubiera entrado a la cancha, y si Brandán lo único que hace al desbordar, es agachar la cabeza y tirar centros sin destino, se hace imposible conseguir una diferencia. Y menos, un triunfo.
En cambio, Lanús fue inofensivo, pero prolijo, tiempista y oportunista. Más allá de que le cedió la posesión de la bocha a los de la Paternal, fue ordenado y metedor. Esperó algún(os) desliz para aprovechar ponerse en ventaja, porque por méritos propios, era un hecho que no lo iba a conseguir. Graf, sin un Rodrigo Díaz que lo guíe, estaba perdidísimo. Iribarren y Archubi aportaban, sí, sacrificio y recuperación, no más. Pero, la diferencia con Argentinos, era que Pipo Gorosito tenía a Cristian Fabbiani en su equipo y a Gutiérrez enfrente. Y al Ogro, como buen goleador, no le falló el sentido del olfato para estar en el lugar indicado, en el momento indicado. Justo ahí, para empujarla, cuando Gutiérrez le pifió a la pelota al salir a cortar un centro. Y justo ahí, para meterle su marca, cuando el Rengo tiró el centro a media altura en el área chica, la Anguila dio un paso adelante, dudó, retrocedió ese paso dado y lo dejó definir, solito, sin nadie haciéndole sombra, claro.
Entonces, la primera lectura que se puede hacer es que por los errores de Gutiérrez perdió Argentinos. Y, en parte es así, pero no es la única razón, porque los partidos no se ganan jugando mejor que el rival, sin generar peligro y menos, sin hacer goles. Sin embargo, la victoria se consigue no desesperándose, manteniendo el equilibrio y con un delantero letal, como Fabbiani.
El hit
El primer gol sacó a los hinchas locales
"Poné a un arquero, la puta que lo parió/ Poné a un arquero, la puta que lo parió/ Poné a un arquero, la puta que lo parió/ Poné a un arquero, la puta que lo parió/ Poné a un arquero...".
Se hacen cargo pero piden ayuda
"Necesitamos el apoyo de la gente", dice Fleitas, mientras el plantel asume errores.
Las penurias no abandonan La Paternal. La sequía de victorias llegó a su quinta jornada consecutiva, luego de los empates ante Arsenal, Newell''s y las derrotas contra Quilmes, Almagro y, ayer, Lanús. Argentinos no encuentra el rumbo perdido y sus hinchas están impacientes. Por eso los insultos del final y, sobre todo, los reclamos hacia Marcos Gutiérrez. Claro, el error del arquero en el primer gol abrió el juego en favor del Grana y dejó mal parado al Bicho. Nadie se lo bancó. Sin embargo, la Anguila optó por agachar la cabeza y capear el temporal. "Tuve responsabilidad en el primer gol", se hizo cargo el arquero, con amargura a cuestas. Y así como en la tribuna se conoce el mal presente del equipo, en el seno del plantel se vive de la misma manera. De hecho, el propio Gutiérrez, señaló que "Argentinos estuvo en situaciones peores; así como salimos el año pasado, cuando tuvimos un mal arranque de campeonato, también podemos recuperarnos ahora". La motivación es lógica, considerando que restan diez fechas para que finalice el Clausura.
Esa es la convicción de todos los jugadores. Y no sólo en eso coinciden todos, porque así como el arquero admitió su equivocación, Medero también hizo referencia a fallas de Argentinos, aunque también apeló al azar para tratar de explicar esta racha de cinco partidos sin triunfos: "Al equipo le falta suerte para poder concretar las situaciones de riesgo que genera. Y con Lanús perdimos por errores propios". Está claro entonces, que en La Paternal no pierden la fe. Pero el plantel no quiere quedarse solo, según el mensaje que Leandro Fleitas les mandó a los hinchas: "Necesitamos el apoyo de la gente para salir de esto". Y, juntitos se está mejor...
Calculín vive en La Paternal
No es que las entrañables calles de La Paternal, esas mismas que vieron andar a Osvaldo Fresedo, Julio Cortázar o a un tal Diego Armando, ahora sientan los pasos del personaje de García Ferré, ése del peinado en forma de libro. Somos, mal que nos pese, los hinchas de Argentinos, calculadora en mano. Tenía razón mi amigo Guillermo al gritar los goles que recibían Olimpo, Almagro e Instituto ya en el torneo anterior. Esto es el Bicho y la tranquilidad no existe. ¿Qué les pasa a los jugadores? ¿Por qué el equipo es Marini (por favor no lo dejen ir) y diez más? ¿Sirve que tu arquero ataje un penal y evite el 0-3, cuando en realidad vas perdiendo el partido por una infantil falla suya? Dios mediante, hoy estamos sólo dos décimas arriba de Gimnasia en los promedios, rezando porque Almagro no le gane a Instituto. Es hora de poner huevos, muchachos.
FUENTE
<< Página Principal