ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

lunes, julio 11, 2005



CórdobA


Argentinos no podía con Rafaela. Un solo gol necesitaba. Hasta que entró el pibe de 20 años y pum... Tocó una y adentro. La segunda también. "Entre uno y otro estuve shockeado", contó Matías.



Botín de oro. Todo lo que toca se transforma... en gol. Inmediatamente. Ni siquiera hacen falta pedir tres deseos. Y eso que mamá Silvia le dejó un recadito antes de viajar a Tucumán.

La fabulosa historia es más o menos así. A un pibe (Matías Córdoba, 20 años, cinco partidos en Primera) lo mandan a la cancha con un misión específica, tirar diagonales. Obediente, va y cumple. De más... "Chiche (Sosa) me pidió que hiciera diagonales. Increíble, pero la primera pelota que toqué fue gol. Y la segunda también... Después del primero me quedé shockeado, no podía reaccionar, no me encontraba en el partido ni en la posición... Tanto que la siguiente bola que recibí también terminó en la red. Ni lo hubiera soñado", contó Mati en la redacción de Olé.

¿Cómo era eso del recado de mamá? "Mi vieja, cada vez que me pidió un gol le cumplí. Lo hizo en tres partidos y convertí cuatro. Contra Central, ella cumplía años e hice uno. Frente a Banfield me dijo que era necesario para no irnos al descenso y ayer, como con mi viejo se iban a Tucumán a visitar a la familia, me repitió que convirtiera para que no nos vayamos a la B... Pero esta vez fue más exigente, quiso dos...". Rendidor el Mati.

Tan electrizantes fueron las acciones suyas en el partido como lo es su carrera. El día del primer grito, en Rosario, fue titular, la embocó en el 1-1 y se fue expulsado por meter un piernita de más. Abandonó la cancha llorando de impotencia. A la fecha siguiente volvió a jugar por obra y gracia del 225 (Oberman en el Mundial Sub 20 de Holanda). Y así, desde el inicio ante Huracán, Colón, Banfield (otro gol). Pero Cachete volvió al equipo y él debió cumplir la sanción adeudada. Por suerte fue un solo partido afuera. Porque ayer se sentó en el banco y saltó a la cancha para dejar a Argentinos en Primera.

Pichón defensor del juego estilo Bicho (desde los 10 años en La Paternal), que mamó desde la cuna el fulbito del club Parque (otra vez el ojo de Madoni), Córdoba fue socio en las Inferiores de otro talento, Pisculichi. Pero la dupla se desarmó cuando Piscu pisó Primera: "Cuando lo suben lo dejo de ver como un amigo y lo tomo como un modelo a seguir... El y mi otro amigo, Walter Montillo, son los dos mejores enganches. Más allá de que el que más me gusta es el Muñeco Gallardo", enumera a los mejores en su puesto. Una posición que combina con la de volante por izquierda, como lo suele utilizar Chiche Sosa. Precisamente, ante Rafaela ingresó por Brandán, para volantear por ese costado y le sacó el jugo a la primera diagonal de la tarde. "A Córdoba tenía pensado ponerlo desde el entretiempo. Pero la verdad que no sabía bien a quién sacar", explicó el técnico. Después, cuando Mignini ingresó por Carrario, se convirtió en enlace. Pero sus movimientos de campo no variaron demasiado. Acortó camino de nuevo y liquidó el partido en un mano a mano impecable ante Barovero.

No se vaya a creer que los 19 minutos de shock que pasaron entre un gol y otro son historia aquí y ahora, en el trayecto en auto desde el estadio Diego Armando Maradona hasta la redacción de Olé. Porque el celular de Matías no para de sonar ni un minuto. Amigos (entre ellos la Ardilla Montillo), familiares, periodistas... Córdoba atiende, agradece, se emociona, se vuelve a emocionar, sueña despierto. Como seguramente lo hará después, camino a su casa de Lanús. "Decime que estoy despierto. Estoy feliz. Ahora me voy a descansar y a pensar en que tengo que hacer todo el esfuerzo para demostrarle a Chiche que puedo ser titular".

Con su primer contrato recién firmado, seguramente se le abrirá esa chance porque Gustavo Oberman puede seguir su carrera en un equipo grande de la Argentina (¿River? ¿Racing?).

"Hay que llevarlo de a poco, no cortar su evolución", dice Sosa. No tanto, señor. El pibe demostró que en unos minutos puede cambiarle la vida a cualquiera.



La historia nos llama

Como para que el Semillero del Mundo no sea un orgullo. Tiqui, Oberman; tiqui, Piscu; ¡bum! Cordobita. ¡Qué crack Matías Córdoba! ¿Les gusta, oligarcas todopoderosos con delirios de grandeza? ¿Ya lo quieren? Desesperen. Como tantos otros fenómenos, la pisa en La Paternal. En medio de la absurda polémica entre los hinchas y los jugadores, vivimos el cierre de temporada que merecíamos: baile a un equipo de una categoría más abajo. Sí, sufrimos, para qué negarlo. Cómo no hacerlo. Esto es Argentinos. ¿O no sufriste, Bicho, en la definición por penales contra América de Cali? Es una costumbre, como lo es conocer la grandeza de la mano de chicos del club. Esos mismos que se sobrepusieron a un pésimo final de campeonato y al partido de ida en la Promo. Los que dejaron a los mufas con las ganas de ver reeditado el enfrentamiento con PlatenCe (clásico es una palabra muy pesada como para definir un duelo ante una institución de PRIMERA B). Nos sacamos la soga del cuello y ya pensamos en el futuro. Es hora de la confirmación. Como canta el hincha, Argentinos es de Primera. Entonces, a actuar en consecuencia. Todos. Los dirigentes: sabiendo que se van figuras (Piscu, ¿Machín? ¿Oberman?) y los mejores refuerzos de Argentinos en los últimos años (Galván y Marini, en ese orden), deben comprar a conciencia, nada de paquetes. La gente: basta de insultar por insultar, menos apretar a horas de un partido decisivo. Así no vamos a ningún lado. Los jugadores: son los que deben tener la cabeza fría, contra viento y marea, sin importar insultos o presiones. Nos quedamos donde corresponde. Vamos por más. Soñemos. ¡Si en este país hasta Vééééélezzzzz sale campeón! ¡Por favor! Y ni hablar de que los torneos continentales los disputan los equipitos del Sur del GBA. La historia nos llama. Luchemos porque la estirpe salga a relucir. Será difícil, pero no imposible. ¿O acaso no tildaban de irrealizable el regreso cuando nos quedó la T en el camino? Muchos decían eso. Y mírenlos ahora, cabizbajos por nuestro goce. Je. ¡Salud!

Osvaldo Sosa

Director técnico
"Matías está en evolución y no queremos apurarlo. Esperamos el momento oportuno para ponerlo".


Fue el mejor de la serie
Por Carlos Ereros

Matías es uno de los mejores proyectos del club. Lo vengo siguiendo desde que se destacaba en la Reserva. Y en los últimos partidos ha sido el mejor. Ayer estuve en la cancha. Y Córdoba fue otra vez la figura. Tiene que jugar libre. Puede ser, tranquilamente, enganche o media punta. Se destaca por su técnica, por su movilidad y porque sabe anticiparse a las jugadas. Eso sí, si bien prefiere recostarse por la izquierda, cuando me preguntan si se parece en algo a cómo jugaba yo, digo que no: yo era punta-punta, y Córdoba es un armador (diestro) que llega al gol.


A Matías no lo tenían


Córdoba fue la sorpresa que desequilibró a un rival limitado a la marca hombre a hombre, sin plan B. El Bicho fue puro corazón.



Cuando se tensaba al máximo el suspenso de los dos equipos que hacían equilibrio en el borde mismo de la Permanencia o el Descenso, sobrevino el momento mágico: el Cordobazo. Tanta laboriosidad de Rafaela con su hombre a hombre se vino abajo con ese pique del pibe Matías (hizo llegar tarde a Mánquez), su enganche (cierre tardío y resbalón de Sanabria) y el toque sutil (agarró al arquero a contrapierna).

Argentinos encontró en la última media hora el plus que le faltaba a su conmovedora voluntad de dar vuelta la historia. Fue desde ese cambio (Córdoba por Brandán), cuando se precipitó una goleada impensada, después de tanto machacar sin eficacia.

Es que Rafaela pareció estar regulado para el plan inicial. Sólo había tenido la constancia de marcar individualmente a todo Bicho que pasara a su alrededor. Pero no era una máquina perfecta. Esencialmente porque se equivocó cuando le introdujeron un problema distinto (Córdoba). Y antes, también porque su plan no contemplaba la contra fulminante. Además, perdió el partido también con el temperamento. El del Bicho fue determinante.

Tan riguroso era el plan de Rafaela que hasta Marini tenía quien lo acosara: Pietravallo. Pero Argentinos había desestimado el tramado fino, vía Pisculichi. El Bicho trató de pisarlo a Rafaela, sin pisarla. Lo atacó de prepo, a lo anti-Argentinos porque la revoleó, la jugó a dividir. Es cierto que a eso también obligaba el rival con su presión constante. De alguna manera se la rebuscaba Argentinos con la proyección de Machín, y los desbordes de Oberman, cuyos buscapié no fueron nunca localizados por Carrario. Pero tampoco se acertó con las búsquedas desde afuera, ni los cabezazos de De Muner o Galván, en los córners. Era control de juego y desperdicio de última. Algo que siguió hasta el primer cuarto de hora del segundo tiempo.

Pero llegó el cambio clave, con un Córdoba lanzado como volante izquierdo; lo mismo hacía Machín por el otro lado; Piscu iba de 9; había un doble cinco Marini-Mignini, y Oberman abría la defensa. Era el tiempo de Córdoba, el mimo final para Marini, y el éxtasis en las tribunas.

Fue un partido sin chiches (sólo la preciosa cortada de Piscu en el segundo gol, más cómo enganchó Córdoba en el primero y definió en los dos). Una goleada construida desde el corazón, y el orgullo de haber sorprendido con un nuevo geniecito de la casa.


Perro de presa


Enchufado, movedizo, Oberman encaró, exigió y metió dos asistencias. Como en Holanda, hizo el trabajo sucio. Y fue clave.



Fue uno de los primeros en salir del vestuario. Se le cerraban un poquito los ojos, tenía los cachetes colorados y ojeras de días de concentración. Sin embargo, Gustavo Oberman estaba, y está, viviendo su gran momento: viene de ser campeón Sub 20 y acaba de ser uno de los grandes argumentos para que Argentinos se quedara en Primera. El año pasado, en la Promo ante Talleres, también había sido clave. Y ahora su cara de felicidad equilibraba perfectamente con su notorio cansancio. "Por suerte, en este semestre las cosas se me dieron bien en lo fubolísitico y en lo personal. Quiero ir a mi casa, apagar el celular y dormir, hace mucho tiempo que estoy concentrado", contó. En su caminata entre la valla y la salida del vestuario, de todos modos Gustavo conservó voluntad para hablar con los medios y tirar sonriente: "Me pesa mucho el bolso, estoy muerto. Al final del partido me dolía mucho la pierna, sentía que si seguía corriendo me iba a lastimar". El delantero no tuvo descanso: jugó el Clausura para el Bicho, se fue al Mundial Sub 20, salió campeón y apenas pisó Buenos Aires voló a Santa Fe para la Promoción.

Dos partidazos jugó el pibe, primero el miércoles en Rafaela y también ayer en La Paternal. En esta revancha, le metió la asistencia a Córdoba en el 1 a 0 y después armó una gran jugada por la izquierda, para servirle el tercer gol a Marini. Antes de irse para Holanda, Cachetes había dejado un mensaje: "Confío en mis compañeros". Por eso, a la vuelta no entendía por qué su equipo había llegado a esta instancia. "Fue injusto jugar la Promoción, porque durante todo el torneo demostramos que teníamos nivel para quedarnos en Primera. Ahora quedó claro que somos un equipo de la A", dijo, antes de meterse a analizar puntualmente la revancha: "Al principio nos costó mucho, en el primer tiempo no podíamos concretar. En el segundo se nos abrió el arco y los goles se fueron dando solos".

Saludó a uno, saludó a otro y dejó el club casi como un héroe, entre gritos como "¡Grande, Cachetes!" o "¡Oberman fenómeno!", mientras el último tiró: "Pibe, ¡no te vayas!". Con la casi concretada salida de Pisculichi, los hinchas quieren disfrutar del pibe al menos un tiempito más.

-¿Te vas de Argentinos?

-Estoy muy contento de que otros clubes se interesen en mi, porque eso quiere decir que estoy haciendo las cosas bien, pero la verdad es que no se nada puntual. Ahora no quiero pensar. Esta semana voy a ver qué hago...

Salió del club, se subió a un auto y cerró la puerta, pero dejó abierta la de su futuro... Oberman se puso de moda y su nombre sonó en Núñez y en Avellaneda. Sin embargo, ahora el cuerpo pidió una sola cosa: descansar. El Bicho se mantuvo en Primera y Cachetes quedó muerto de cansancio, pero inmensamente feliz.


Una cuestión de fe

No es la primera vez que nos llaman para que nos salvemos del descenso. Otra vez lo logramos y esperemos que sea la última".

Estoy muy contento por haber cumplido el objetivo. Si es por mí, me quedo un año más. Pero tengo que hablar con los dirigentes".



El final (en definitiva, feliz) de un ciclo




El mejor adiós antes de cerrar con River
Leonardo Pisculichi
"Argentinos tenía que seguir en Primera. ¿Si fue mi despedida? Ojalá se dé lo de River, pero todavía no sé".

Festejó el defensor y, también, el fana
Nicolás Pareja
"Con fútbol y actitud, demostramos que debíamos seguir en Primera. Soy hincha y es una satisfacción".

¿Otro que se despide del club a todo dar?
Gastón Machín
"Merecíamos este triunfo por todo lo que dimos. En la cancha se vio que no teníamos que jugar la Promo".

El capitán despachó toda su bronca...
Claudio Marini
"Sufrí por lo que pasó en la semana, cuando hubo gente que llamó a mi casa... Y, esto es como un desahogo".


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