ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

sábado, abril 10, 2004

Colorado de bronca

El Bichito se quedó sin cuatro jugadores porque le tiraron las camisetas a la gente. "Hay que revisar el reglamento", dijo Batista.

"Ganar un partido cuesta mucho y tirar una camiseta no es una provocación. Me dio bronca porque me di cuenta tarde y no los pude parar. Hay que revisar el reglamento". A menos de 24 horas de la noche insólita, a Sergio Batista todavía le duraba la calentura viendo el amistoso de sus chicos con Boca. La vuelta de Córdoba, donde Argentinos atrapó tres puntazos ante Instituto, tuvo un sabor raro, porque la miel del triunfo se mezcló rápido con la amargura de las cuatro bajas para esperar al escolta, El Porvenir.

Eufóricos por el 2-0 ante el ganador del Apertura, los pibes y no tan pibes de Argentinos fueron a festejar con sus hinchas y les regalaron las camisetas. Por lo visto, los muchachos no vieron el agónico triunfo de Racing sobre Chacarita (ocho jugadores amonestados por Sergio Pezzotta por el mismo motivo) ni el San Lorenzo-Talleres del año pasado (cuatro amarillas por intercambiar camisetas). Y mucho menos estaban al tanto de que el reglamento se modificó en junio y marca que los jugadores no pueden exhibir leyendas ni sacarse la camiseta antes, durante ni después de los partidos. Y, para colmo, ni el Checho ni sus colaboradores llegaron a frenarlos. Conclusión: el árbitro Walter Díaz, preso de una reglamentación para revisar, amonestó a nueve jugadores, que se convirtieron en tres expulsados (Arce, Calabrese y Charles Pérez ya tenían una amarilla) y un suspendido por acumulación de tarjetas (Bidal). En la reconstrucción del equipo ya están trabajando el Checho y Adrián Domenech.

"Es una lástima porque, por un minuto de euforia, nos quitan cuatro jugadores y nos queda el resto con una amarilla más", explicó algo más sereno el Checho. Igual, no hay reconciliación con la ley: "Que no podés usar pantalones cortos en el banco, que el arito, que los anillos... Los triunfos cuestan mucho como para no poder celebrarlos. Yo no digo que los festejes en bolas en el medio de la cancha, pero sacarse una camiseta no es una ofensa", dijo.

La alegría duró hasta las duchas. "Cuando los chicos se enteraron se pusieron muy mal. Y uno lloró", narró el Checho, quien tuvo que consolar las lágrimas de Matías Arce. Justo el autor del primer gol y en un vestuario ganador. Aunque usted no lo crea.

Fuente: Diario Ole