ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

domingo, diciembre 05, 2004

DE VACACIONES



Colón jugó el peor partido del campeonato: sin compromiso, sin fútbol, sin nada. En 90 minutos generó una sola jugada de gol, que terminó en gol de Gandín."En un 90 por ciento, Basile será técnico de Boca", fue la frase más escuchada en el hall central del estadio de Argentinos Juniors.
Buenos Aires (Enviado Especial).- Se puede jugar mal, claro que se puede. Y muy mal también, como lo hizo Colón ayer. Ocurre que todo se agrava en el marco de la campaña y las expectativas que creó este equipo. Y de la inevitable relación que existe entre el costo y la jerarquía de sus protagonistas, con los números cosechados. ¿Quién puede sentirse a gusto en Colón?, nadie. ¿Los dirigentes?, más que todos, porque apostaron fuerte (en ideas y desembolso de dinero) para armar un equipo que sea protagonista, lo cual nunca se concretó en la tabla. ¿El técnico?, menos, porque dijo que venía a Santa Fe a ser campeón y quedó lejísimo siempre de esa posibilidad. ¿Los jugadores?, suponemos que tampoco, porque cobran mensualmente pero deben entender que su cotización y prestigio van de la mano de lo deportivo. Y el hincha, se sabe, es el que más sufre porque es el que más lo siente y el que menos respuesta tiene para dar.
¿Cuál fue la equivocación de Colón?, ¿la mala suerte deportiva producto de la falta de gol que le impidió al equipo ganar puntos en varios partidos?, ¿fue solamente eso?, ¿o también el desinterés, la falta de compromiso y la desidia con la que se jugaron algunos partidos, como el de ayer en La Paternal?. Porque nadie puede desconocer en Colón que el de ayer fue un partido para un rápido olvido, en el que nadie se salva de la crítica dura, individual y colectiva, por lo que se hizo (casi todo muy mal) y lo que se dejó de hacer.


Ni la pretensión de jugar

Partiendo del concepto básico de que Colón no hizo lo que Basile pregonó desde su llegada a Santa Fe ("voy a ir al frente y a jugar sin temores en cualquier parte"), la primera gran conclusión resulta obvia. Porque hasta resulta inútil analizar cualquier otro aspecto del juego si no se cumple con el libreto básico de su técnico, que es el de jugar al fútbol.
¿Qué podrá decir Basile?, ¿que el equipo no tuvo eficacia en la definición, si apenas creó una sola situación de gol y fue adentro? Entonces, a partir de ahí, de esa increíble levedad e intrascendencia que tuvo el equipo para ser protagonista y para hacer lo que más sabe, que es manejar la pelota, todo lo otro que pueda explicarse, queda relegado a un segundo plano.
Esa falta de compromiso para terminar bien el campeonato y demostrarle a todos que fueron las circunstancias fortuitas (como la falta de gol en partidos clave) las que le quitaron chances de pelear otra cosa, es lo más criticable. Colón jugó mal, no tuvo la pelota, no corrió, no marcó (la defensa jugó un pésimo partido sin excepciones) y tampoco encontró respuestas en el banco a través de la sabiduría de su entrenador.


Basile no hizo nada

En el fútbol todo es posible y los técnicos saben que una decisión que ellos tomen desde el banco puede llevarlos al más dulce elogio (si acierta) o a la crítica más cruel (si se equivoca). Pero lo peor es no hacer nada. Y Basile no hizo nada.
No tocó el equipo en el entretiempo, cuando sabía que estaba empatando de pura casualidad y por una jugada aislada, como fue la del centro de Estévez y el cabezazo de Gandín. Ni siquiera resolvió el gran problema que tenía Colón (la libertad con la que jugaba Marini en el medio). Tampoco lo tocó -al equipo- después de los 7 minutos del segundo tiempo, cuando ya perdía; y sólo movió el banco para hacer dos cambios intrascendentes e infructuosos: sacó un volante central para poner a otro (Capurro por Markic), y recién se acordó de que tenía a Blanco cuando restaban tres minutos para el final del partido.
Lo peor es que en ese lapso, el que fue desde el segundo gol de Argentinos hasta el final, Colón no mejoró nunca su imagen. Al contrario, la empeoró y hasta de una manera tan considerable que cualquier intento del técnico se hubiese valorado, por más que al final no le diera resultado. Pero Basile no hizo nada, dejó que todo siguiera igual y permitió que sus jugadores entraran en el peligroso terreno de la impotencia, un poco por lo que no les salía, otro por el toqueteo del rival y otro tanto por la pésima actuación del árbitro, que perjudicó a Colón, es cierto, pero al que no se lo puede tildar de responsable de la derrota.


FUENTE:
DIARIO EL LITORAL (SANTA FE)