ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

lunes, febrero 28, 2005

River, oscilante: tan picante arriba como flojo atrás

Empató 3 a 3 con Argentinos en un partido cambiante y emotivo; se repuso de una desventaja y estuvo dos veces arriba en el marcador, pero su poderío ofensivo, en el que se destacó Salas, quedó diluido por sus flaquezas defensivas



El calendario manda y River puso en práctica la bendita rotación para cuidar piernas y repartir esfuerzos en su plantel. Dar vuelta media formación siempre entraña riesgos y abre interrogantes. En ese quitar y poner que instrumentó Astrada, River mostró de todo un poco, tanto positivo como negativo. Si hubiera que medir el partido por las sensaciones, a River le cabe cierto desencanto e insatisfacción, porque de principio a fin dio la impresión de que estaba en condiciones de ganar, que tenía argumentos y una mayor calidad futbolística que Argentinos.

Así como la renovación de la formación trajo como novedad a un Marcelo Salas que se asemejó más al que descollaba en 1996/97 que al que insinuaba la jubilación en los últimos meses, también este equipo reprodujo una alarmante endeblez defensiva, algo que no es nuevo. El poderío ofensivo de River quedó hipotecado por las distracciones y los despistes de los dos zagueros centrales, Gandolfi y Crosa, quienes entraron en pánico ante los movedizos Oberman y Morán y los pelotazos que llovían sobre su sector.

El encuentro tuvo sus rarezas, porque hubo una gran cantidad de goles sin que abundaran las situaciones. Argentinos aplicó un planteo humilde y conservador, nada de envalentonarse por eso de que de su cancha ya habían salido derrotados los otros cuatro equipos grandes. Esperó y jugó al error rival, y bien que le fue a la luz de las concesiones de River. Es cierto que Argentinos tenía una excusa para declararse inferior de antemano: en el medio le faltaron la cuota de orden y experiencia de Marini y la creatividad de Pisculichi. De esta manera, se emboscó en su terreno y salió con pelotazos para el electrizante venezolano Morán, que no se sintió nada inhibido en su debut, y Oberman.

A la salida de un córner, Fleitas se encontró con una pelota suelta y abrió el marcador. River no se desencajó. Por el contrario, hizo correr la pelota, tuvo la movilidad y el desmarque que demandaban una cancha exigua en metros (100 por 60) y un rival con muchos hombres para resistir. De ese circuito, con Salas y Fernández integrados la funcionamiento, surgió el empate del chileno, ante una zaga local que tampoco podía presumir de atenta y firme.

La de Salas fue una de las mejores noticias para River. Se lo vio suelto, confiado, con las ganas de jugar que seguramente acumuló en tanto tiempo de lesiones y malos augurios. Lo demostró cabalmente con el golazo de zurda -la acción surgió en una equivocación de Morinigo- que desempolvó al Matador que parecía asunto del pasado. De vuelta al buen nivel, la otra batalla que deberá librar Salas es la de la continuidad.

Cuando se intuía que River pisaba fuerte, su tembladeral defensivo revivió a Argentinos, que empató con un cabezazo de Morinigo.

Algo más de decisión mostraron los locales en el comienzo del segundo tiempo, pero bastó que Lucho González se hiciera tiempo y espacio para imponer su categoría en un par de intentos, para que Farías quedara solo y definiera con frialdad. La rueda del recambio volvía a girar con los ingresos de Farías y Sand.

Cuando parecía que tenía todo encarrilado, River se despeñó otra vez en un blooper aéreo de sus centrales, con el infortunado cruce de cabeza de Gandolfi, luego de una pelota que Fernández había perdido en la zona central.

El encuentro ingresó en la zona del cansancio y las interrupciones, con las atenciones médicas a Mignini, Galván y Morán. Argentinos siempre había mirado con agrado el empate y no tenía motivos para una tardía ambición. River sí quemó las últimas energías para reconquistar un triunfo que había tenido en los certeros pies de sus delanteros y se le escapó por sus indisimulables agujeros defensivos.





Sosa: "El equipo tuvo juego y temperamento"

Una vez terminado el encuentro, el técnico de Argentinos, Osvaldo Sosa, se mostró conforme con el resultado y dijo que su equipo "tuvo juego y temperamento" para empatar el partido.

"Pudimos remontar dos veces el resultado nada menos que ante River, que es un rival muy complicado y que tiene un plantel de gran jerarquía", indicó Sosa.

Contento por el punto conseguido, el técnico explicó que "fue un partido entretenido, con variantes, en el que los dos tuvimos situaciones de gol. Más allá del merecimiento de uno u otro equipo, el empate fue un buen resultado".



Lux se quedó sin invicto

Con los tres goles que ayer recibió Germán Lux, se terminó una racha de siete partidos consecutivos sin recibir goles en River y en la selección. El invicto databa desde el 30 de septiembre último, a partir del encuentro con Arsenal, por la Sudamericana.

Carrario ya está bien

Silvio Carrario ya está recuperado de la distensión en el glúteo derecho que sufriera en el partido por la primera fecha del Clausura. Hoy volvería a entrenarse con normalidad y ya estaría en condiciones de jugar.

Ferraro, en la platea

El flamante director técnico del seleccionado juvenil Sub 20, Francisco Ferraro, estuvo ayer mirando el partido desde la platea local del estadio Diego Armando Maradona.


Homenaje a Pappo

Se realizó un minuto de silencio en homenaje al músico Pappo, que falleciera el último viernes y que fuera vecino del barrio de la Paternal. Desde las tribunas bajaron aplausos y cantos en memoria del cantante.

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