ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

miércoles, marzo 23, 2005

CHICHE SOSA: "La prensa puede voltear técnicos"

Cada véz que asumió como entrenador en un club tuvo que llegar preparado para apagar un incendio. Dificilmente haya tenido alguna véz la chance de contar con todos los refuerzos deseados, de armar el cuadro como él quería. Siempre lo llaman cuando un equipo está en crisis, y al poco tiempo, con trabajo, con seriedad, aquella situación caótica se va superando. Se pueden nombrar muchos ejemplos para abonar el concepto anterior: Racing, Independiente, Huracán, Chacarita, Mandiyú de Corrientes, Talleres de Córdoba; todos recurrieron a él en momentos críticos. Y siempre, antes o después, el regreso a Argentinos Juniors, su lugar en el mundo. Aunque también, como algo recurrente, cada vuelta a La Paternal se produjo en los términos antes mencionados, teniendo que realizar una tarea de salvataje del equipo. Así lo fueron a buscar y así volvió. El Bicho ahora, camina con paso firme y Osvaldo Sosa disfruta de este presente, invitado para la charla en LA POPULAR.

La escenografía ha cambiado bastante desde aquel último paso por Argentinos hasta este presente. Osvaldo Sosa había asumido como entrenador en la temporada 96/97, con un equipo que no encontraba su rumbo en la "B" Nacional. A partir de ese momento se produjo una escalada notable que se coronó con el ansiado ascenso a Primera División. Ya instalados en la máxima categoría, lejos estuvo el equipo de penar por el descenso. Muy por el contrario, se transformó en una de las sensaciones del torneo, pese a su condición de nómade. Porque en aquel momento el proyecto de volver a jugar en La Paternal era un sueño remoto. El viejo reducto de Juan Agustín García y Boyacá era una manzana abandonada. Argentinos habitualmente actuaba de local en Ferro o Español, y cuando su rival era una de los equipos grandes, caso Boca o River, se trasladaba hasta Liniers para recibirlos en el Amalfitani. Hoy Argentinos se hace fuerte en su casa remozada, y se da el lujo de recibir a todos, absolutamente todos sus rivales en el estadio Diego Armando Maradona. Cosa que no es un elemento menor para el funcionamiento del equipo: "Ojalá siempre hubiésemos tenido esta posibilidad. Jugar en nuestra cancha es muy importante, no sólo por el apoyo de la gente, sino también por la adaptación y el conocimiento de nuestros jugadores al campo. Una serie de cosas que hace que tengamos nuestra ventaja, y especialmente el hecho de no tener que cambiar de estadio ni siquiera con Boca o River".

IL - ¿Aquel equipo que ganó el ascenso en el 97 marcó una de sus mejores etapas como entrenador?

OS - Ese era un buen equipo. Con la misma base que llegó a Primera, hicimos una muy buena campaña, incluso estuvimos punteros durante buena parte del torneo. Había jugadores de mucha experiencia como Lanari, Garfagnoli, Bennet o Graciani, y otros que se estaban afianzando, el caso de Schiavi, "Polo" Quinteros, Vespa. Además tuvimos la chance de promover varios juveniles que hoy son estrellas: Federico Insúa, Cristian Ledesma, Víctor Zapata, Julio Arca, Nicolás Medina. Había un muy buen material.

IL - ¿Cuál era la clave de aquel equipo?

OS - La continuidad del proceso. Nosotros, en aquel momento, tuvimos el record de duración al frente de un equipo, junto a Ramón Díaz en River. Todos los clubes cambiaban de entrenador y nosotros nos mantuvimos más de tres años (N de R: Hasta el Clausura 2000). Claro que para tener continuidad hay que obtener resultados. Recuerdo por ejemplo, haber tenido una muy buena racha en la que no perdimos con ninguno de los cinco grandes. River salía campeón y no nos ganaba, Boca igual, Vélez lo mismo.

IL - ¿Cómo fue aquel enfrentamiento con el Vélez de Bielsa?

OS - Hubo que usar un poco de picardía. Yo sabía que en los días previos Bielsa mandaba a Torrente, su auxiliar, a ver las prácticas de los rivales. Por eso trabajé con un supuesto equipo titular en el ensayo de fútbol de esa semana, y confirmé ante el periodismo este supuesto equipo, que no era el que yo tenía en mente. Para el día siguiente cité a mis jugadores más temprano y, casi en secreto, trabajé con el equipo verdadero, pero siempre confirmando ante la prensa la formación que había anunciado el día anterior. Esta estrategia duró hasta el mismo día del partido, porque al llegar al estadio, dos horas antes de jugar, hice pegar la planilla con el equipo que anunciamos durante la semana. Recién al salir a la cancha todos vieron que nuestro equipo era otro. Bielsa se puso más loco de lo que estaba, mandó inmediatamente a calentar a los suplentes y todavía no había empezado el partido. Igual ya era tarde, empatamos 0 a 0. Ni el Vélez de Bielsa nos podía descifrar.

IL - ¿Porqué lo van a buscar cada véz que hay que salvar a un equipo?

OS - En primer lugar no me siento para nada un salvador. No me gusta ese rótulo, aunque evidentemente, por como se produjeron los resultados, varias veces me tocó "salvar" equipos. Lo que pasa es que no sólo es un trabajo del cuerpo técnico, sino especialmente de los jugadores.

IL - ¿Le sorprende la realidad de Independiente?

OS - Es un problema de la dirigencia. La realidad futbolística está marcada por los resultados. Los proyectos no se cumplen porque cuando aparecen los primeros resultados adversos los dirigentes no saben bancar un proceso.

IL - ¿Porqué se fué de Independiente?

OS - En primer lugar, por los resultados. En segundo lugar, porque cierto sector del periodismo partidario me hizo campaña en contra durante todo el tiempo.

IL - ¿Para usted la prensa puede voltear entrenadores?

OS - No me caben dudas. No sé si la palabra es voltear, pero que inciden en el ambiente que rodea a un equipo es indudable. Hay gente mal intencionada que puede generar un clima adverso, cosa que a la larga dificulta el trabajo del entrenador. Además hay mucha gente consume lo que le dicen y se deja influenciar por estos medios, que generalmente responden a algún interés político. No me cabe duda que vino por ahí la cosa.


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