ARGENTINOS 0 - QUILMES 1
¡Qué lo tiró!
Raúl Saavedra definió con un fierrazo un partido chato, monótono, con poquísimas situaciones.
Ya iban casi 45 del primer tiempo y los hinchas de Quilmes se levantaron por una subida de Desábato, elegante, en ese momento encarador cerca del área de Argentinos. La jugada no generó peligro serio, pero al menos era algo dentro de tanta monotonía, tanto centro poco claro y tanta lucha inconducente. Hasta ese momento, Quilmes no había creado una sola situación de gol. Tal vez el avance de Desábato significaba un buen presagio, un signo de que el equipo se estaba animando a ir a buscarlo, con sus defensores, con lo que podía. Apenas unos instantes luego, Saavedra sacó el fierrazo que hizo patinar a Gutiérrez y así provocó la diferencia, en el único acercamiento concreto de esa primera parte y en uno de los cinco que hubo en todo el partido a favor de los dos equipos. Entre la cancha chica y el recelo mutuo, apenas salió divertido ?para uno? en la conveniencia del resultado.
Un 4-3-1-2 clásico pero plantado con rispidez contra un 4-2-3-1 con la lucha concentrada en la mitad de la cancha. Casi no se sacaron ventajas, aunque Quilmes lució más acomodado en esa forma de disputa. Rasgo identitario desde que Alfaro se sentó en su banco, hace ya tanto tiempo ?toda una vida en relación con los períodos habituales en el fútbol argentino, toda una vida literalmente en esta etapa en Primera?, Quilmes asumió ese modo de ser combativo casi como su esencia. Se percibió como natural que atacara con un solo delantero, más bien llamó la atención cuando coincidieron dos durante exactos 20 minutos en el segundo tiempo. La solidez de la última línea (en especial Desábato y Saavedra, la parte izquierda que frenó los intentos de Argentinos con Machín, por el sector derecho), el doble cinco bien sincronizado, la constante colaboración de los dos volantes por afuera (nada de desaprovechar recursos para recuperar) le achicaron al rival el margen de posibilidades. Si a Argentinos de entrada le costaba generar situaciones entre el duelo de suelas, imagínese después del gol de Saavedra justito antes del pitazo para irse a descansar, en un momento ideal.
Un cabezazo de Fleitas en el primer tiempo, un tiro de Mignini en el segundo, eso fue todo lo que pudo hacer Argentinos en ataque. Como errores propios, más allá del mérito defensivo de Quilmes, quedaron en evidencia las fallas de precisión de Machín, la falta de verticalidad de Mignini y los problemas de resolución de Carrario, en especial con ese taco dentro del área, un desperdicio de lo que podría haber sido el empate. No le alcanzó con algunas insinuaciones de Pisculichi ni tuvo sorpresa con la subida de los laterales, en este último punto coincidencia entre los dos equipos: una vez subió Fleitas, cabezazo apenitas afuera; una vez apareció Saavedra, adentro y a festejar. ¿No valía la pena intentar un poco más que tan esporádicamente? Si era el clásico partido del que hacía el gol, ganaba, ¿no se justificaba arriesgar para lastimar primero? Tal vez los dos tenían mayor confianza en mantener a salvo el arco propio que en vulnerar al rival. Eso también, como en este caso para Argentinos, puede ser un gran riesgo.
Como en el barrio
Silvio Carrario
Delantero del Bicho
"Este era uno de esos típicos partidos chivos: el equipo que la metía primero, se quedaba con la victoria...".
Consejo para ganar la Copa
Por: Guillermo Cogorno
Hay que ser realistas: ayer no se jugó bien. Sentimos mucho las ausencias de Marini y el factor sorpresa que nos está dando Morinigo. Pero no hay que desesperarse, fue sólo un partido y ante uno de esos rivales ásperos que están de moda (una moda pasajera que ya volverá a la normalidad). Permítanme dudar: ¿si el paraguayo llegó lesionado de las Eliminatorias no hubiese sido bueno usar el 225 para que juegue el Cabezón? En fin, ya está. Ahora a no aflojar y a pensar en Almagro, que será como una final para tratar de zafar de todo de una vez.
Por último: una advertencia a los amigos poco memoriosos del Cervecero, al que nosotros también vencimos en una final por un ascenso en el 55. Con empatar ante San Pablo en casa no basta. Se necesita más para alzar la Libertadores. Un ejemplo: ganar en el Maracaná, como lo hizo el Bicho. Es un humilde consejito. La Copa no es para cualquiera, viste....
Chiche tiene complicado el armado
A la suspensión de Marini (le falta una fecha por su expulsión ante Newell''s), Argentinos sumó dos ausencias para la semana que viene ante Almagro: Leandro Fleitas y Carlos Galván, quienes llegaron a la quinta amarilla. La buena sería el regreso de Morinigo, quien se supone que para entonces ya se habrá recuperado de su molestia en el aductor derecho.
En Reserva hubo de todo menos fútbol
Es difícil entender como el jugador más habilidoso de Quilmes, Cardona, se calzó el buzo con el número 12. Es que el arquero suplente, Edgardo Sánchez, fue convocado para la Cuarta y nadie le avisó que la citación era para Reserva. Lo mismo ocurrió con dos pibes de Argentinos quienes fueron citados para participar en la misma categoría y ni se presentaron en el preliminar. Lo peor, no hubo Inferiores.
A éstos ni los busques en la guía...
Estuvieron los Fernández; les sacaron amarilla a Sánchez, Benítez, Galván, Velázquez; Gutiérrez se comió el gol... Fue lo único que combinó: los apellidos gallegos.
Tal vez el lunes, cuando lo cruce camino a su oficina, Alberto trate de ni mirarlo. Tal vez el lunes, cuando se produzca esta escena, Aníbal lo busque con su mirada agrandada, triunfal. Tal vez este cruce no se dé y recién ocurra en el despacho del presidente Kirchner, cuando sea el momento de abordar temas importantes de la política nacional. Pero quizás el propio Néstor, con su vena futbolera, aproveche la ocasión y saque el tema del fútbol, como para distender los ánimos... De Aníbal (Fernández), que seguro sonreirá por este 1-0 de su Quilmes sobre el Argentinos de Alberto (Fernández). Claro, todo esto si gana Racing, de lo contrario...
La combinación de Fernández no fue la única de apellidos españoles que, de una u otra forma, fueron protagonistas en la tarde de La Paternal. También Gutiérrez jugó un papel preponderante, cuando se le escabulló bajo su ala el bombazo de Saavedra que le dio la victoria a Quilmes; y lo jugó Pompei (Juan Pablo, el referí) que amonestó a Benítez, Sánchez, Galván, Velázquez... En fin el origen de los apellidos fue lo único que combinó en una tarde de imprecisiones, pelotas divididas y no más de tres pases seguidos (contando el último, el tercero, que generalmente desembocó en los pies de un contrario).
"Nos mató el gol sobre la hora del primer tiempo", justificó Alberto. "Fue duro, áspero, embocamos nosotros y por eso ganamos", se animó
"Una tarde negra"
Todos los jugadores coincidieron con que fue el peor partido del Bicho en el torneo.
Tener autocrítica es un buen comienzo si es que se quieren enmendar errores. Y los jugadores de Argentinos la tienen, al menos por lo que dijeron en el vestuario. Es que todos coincidieron que con Quilmes estuvo la performance más baja del Bicho en este Clausura. "Fue nuestro peor partido del torneo. No tuvimos el juego que nos caracteriza. También influyó el baldazo de agua fría al hacernos el gol sobre la hora del primer tiempo", dijo Leandro Fleitas. Su compañero por el costado derecho, Gastón Machín, coincidió, pero ya le apuntó a Almagro, el próximo rival: "Fue una tarde para olvidar, una día negro. Ahora tenemos que trabajar tranqui en la semana porque somos un buen equipo", tiró el Facha.
Argentinos, a pesar de la derrota, sigue alejado de la Promoción; pero sabe que no puede repetir una actuación así, y menos ante un rival directo como Almagro. ¿Recuperará la memoria?
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