ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

lunes, julio 05, 2004

TALLERES 1 - ARGENTINOS 2

A Primera

¡Cordobazo! Argentinos bajó a Talleres en el Chateau y logró el ascenso. Hubo fiesta loca en La Paternal y locura dentro del vestuario. El Polo, otra vez, clave en la final. Qué Bicho...



CORDOBA (CORRESPONSAL). Salta, pica, juguetea, le deja una molesta roncha a los cordobeses. Y sube. El Bicho, ese equipo de La Paternal, cuna de talentos, otra vez emprende vuelo hacia la Primera. Otra vez, como en aquella tarde del 97 en la cancha de Español frente a Gimnasia y Tiro, se festeja un regreso esperado. Y otra vez, Jorge Quinteros es quien se encarga de frotar la lámpara para que esa ilusión sea realidad. Tres goles en la serie mano a mano ante Talleres le guarda un espacio gigante en el corazón de los hinchas de Argentinos. Hay delirio, fiesta, batacazo, locura, más...

Ese puñado de bichitos colorados en la tribuna del Chateau, es un hormiguero grande que corre para acá, que sale para allá, que escupe pedazos de alma en cada grito. El desafío de saltear una Promoción contra un rival que hizo podio en la A no es cosa fácil. Sin embargo, una actitud combativa a base de garra y pulmón le da al equipo de Sergio Batista el boleto para su sueño. Sí, luego de un paso de dos temporadas en la B, la escuelita de las estrellas ?Diego, Borghi, Redondo lo avalan, ¿no?- vuelve al ruedo. " Se lo quiero dedicar a mi familia, a mi padre, a todos los que me apoyaron. Hicimos un esfuerzo enorme para lograr este objetivo. Creo que no teníamos que sufrir tanto porque a la largo del torneo fuimos el mejor equipo", dice un emocionado Checho. Sí, a punto de largar un lagrimón.

Hay nombres que dejan huellas para el barrio. Son símbolos que siempre asoman para bancar el momento. "Estoy más orgulloso por ser un hombre del club", avisa el entrenador. En esos parámetros, también aparece la figura de Quinteros. "La única manera de lograrlo era venir y jugar, era dificilísimo pasar a Talleres", dice el goleador. Al toque, se le mezclan imágenes y sensaciones. "Acá pasé buenos momentos y esto de los promedios se tiene que terminar: salieron terceros, no puedo festejar como hubiese querido". El pasado no se olvida al margen del alboroto, queda lugar para el razonamiento y, claro, para las disculpas. "Me descontrolé", es el argumento del Polo por la piña que le da a De Bruno sobre el final del partido.

Ni el tumulto casi escándalo del cierre embarra lo que es el genuino festejo ante la amargura de miles de hinchas de la T. Lo que late es la adrenalina pura de todo un plantel, acompañado por sus fieles capitalinos. Después de la alegría por la inauguración de la casa propia, esta locura colectiva enciende un fuego interminable. "En esta cancha puedo disfrutar, porque en el 2001 me tocó vivir una emoción parecida con Chicago. Se ve que este estadio me trae suerte", comenta César Velázquez. El arquero, pieza importante en esta definición, da sus razones del ascenso. "El sacrificio que puso este grupo fue clave para volver a Primera, porque a Argentinos le tocó bailar con la más fea, porque nadie quería enfrentarse a Talleres en la Promoción". Sinceridad, mérito.

En la cancha de Argentinos, unos tres mil simpatizantes le dan rienda suelta a su temperatura. "El Bicho se va de la B, para nunca más volver", "hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es Calamar", son los hits de una noche mágica que se mueve al ritmo de la murga Los Inolvidables de la Paternal. A la distancia, en Córdoba, se siente el grito, es uno sólo, llegan las lágrimas, otra vez, la vuelta al barrio, otra vez...

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