ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

lunes, agosto 23, 2004

Dos bombazos y a cobrar

La excursión por Buenos Aires no podía empezar mejor: Instituto ganó su primer partido en la temporada de visitante y ante un rival directo, como Argentinos Juniors, para acercarse un cachito al objetivo de mantener la categoría. Fue un 2-1 que costó y se disfrutó con todo, porque la victoria fue sobre la hora. Para la Gloria, la semana empieza diferente en Capital Federal, esperando ahora el partido del miércoles ante Racing y saliendo, por el momento, de los últimos puestos de la tabla del descenso.

¿Por qué ganó Instituto? Los dos golazos bien podrían ser un resumen: Santiago Raymonda, para abrir el marcador a los 24 del primer tiempo, y el zapatazo de Enrique Ortiz, a los 43 del complemento, pusieron el resultado más justo a un partido trabado, por momentos caliente, que tuvo a los cordobeses mejor parados en la cancha.No hay mejor ataque que una buena defensa y eso hizo la Gloria. Con Marcelo De Souza como abanderado en el fondo (le ganó todo la tarde el duelo personal a Víctor Píriz Alves), las proyecciones incansables de Ortiz, la solidez de Julio Moreyra y Hernán Pagés, Instituto creció desde atrás, con el orden de su línea defensiva. Además, Javier Lux y Juan Fernández Di Alessio estuvieron correctos en la marca y distribución del balón. El trabajo se complementó con el aporte de Raymonda y Peralta, quienes hicieron de sus carriles lugares exclusivos de la Gloria. Quizá lo más flojo fue la dupla atacante. Es cierto que Vilallonga y Quintana hicieron el trabajo sucio de aguantar la pelota y tratar de desequilibrar, pero de estar más inspirados, el partido podría haberse definido antes.

Valor agregado
Rivoira planteó un encuentro de igual a igual. Esto sorprendió un poco al ?Bicho?, que salió a jugar con una línea de tres en el fondo que no transmitió ningún tipo de seguridad.Así las cosas, las subidas de Peralta inquietaban. Sin embargo, la primera gran situación de gol la tuvo Argentinos: Biglia, solo frente al arco, se topó con su compañero Píriz Alves y se perdió el gol.Hasta que llegó el primer bombazo de la tarde. Martín Vilallonga desbordó por izquierda, tiró un centro pasado, Mignini perdió a Raymonda (como toda la tarde) y Santiago le pegó como venía. Clavó el 1-0. Tres minutos después la Gloria pudo definir el encuentro, pero Quintana se perdió un gol increíble.El celo del árbitro Pablo Lunatti hizo que el partido se fuera de las manos. Entonces se ?calentó? el encuentro y las tarjetas amarillas salieron como pan caliente. Se iba el primer tiempo y la diferencia estaba bien. Pero en un descuido en un lateral de Argentinos, llegó la igualdad de Arce, luego de una carambola en el área de Caranta.En el complemento, el partido perdió ritmo y emotividad. Los arqueros casi no intervinieron. La expulsión de Biglia, a los 32, fue determinante para que Instituto se animara e intentara ganar un partido, hasta ahí, muy cerrado. Y llegó el segundo bombazo de la tarde. De Souza peleó un balón por la izquierda, ganó y cedió para Peralta, quien tiró el centro, Moreyra se la bajó a Ortiz, quien de primera remató y metió el 2-1 definitivo.Instituto ganó más que tres puntos. La historia porteña empezó bien; ahora se viene Racing, para crecer otro poco.En pocas palabrasDesequilibrantes. Peralta y Raymonda, por los costados, fueron un dolor de cabeza para Argentinos.Sorpresa. Los goles de Instituto respondieron las apariciones de Raymonda y Ortiz. Jugando de igual a igual sorprendió.

Defensa sólida.
Con un De Souza impasable, la última línea de la Gloria jugó en un gran nivel. Nunca se complicaron. Las figurasMarcelo De Souza. Un león. De arriba ganó todo, tanto en el área propia como en la rival. Además, tuvo voz de mando y ordenó a sus compañeros desde el fondo.Peralta y Ortiz. Uno por la izquierda y el otro por la derecha, se destacaron más a la hora de atacar que de defender. En general le rindieron mucho al equipo porque le dieron variantes.

El árbitro
Pablo Lunatti. ¡Ay, Lunatti! Quiso ser más protagonista que los jugadores. Cortó demasiado el juego y se complicó al no interpretar de igual manera faltas similares. Mostró muchas tarjetas amarillas y calentó un clima que después no supo controlar. Además, no se atrevió a sacar más tarjetas rojas, pese a que tuvo motivos para hacerlo.


FUENTE
Diario LA VOZ DEL INTERIOR (CORDOBA)
www.intervoz.com.ar