ARGENTINOS FUTBOL Y TOQUE

miércoles, agosto 17, 2005

AROMA DE MUJER: DARIO GANDIN


"Yo soy feo, pero tengo mucha onda"

Tipo con moral, el delantero de Argentinos defiende su actitud antes que su cara. "Las chicas dicen que soy simpático", confiesa. En Buenos Aires le da miedo manejar y cuenta que si no jugara al fútbol sería... basurero.






-¿Qué hubieras sido de no haber llegado a futbolista?

-Si no jugara sería basurero, ja. Otra cosa no sé hacer. Por eso intento guardar algo de plata.

-¿Chipi es un apodo del fútbol o te lo pusieron de pibe?

-No, del fútbol. Me lo pusieron Semino y Speedy González. Apenas llegué a Rafaela, yo tenía el pelo más largo atrás y me pusieron así por Barijho. No me gustaba nada el apodo, aunque quedó. Ahora, hasta mi hermana y mis cuñados me dicen Chipi.

-¿Pisculichi te ayudó a integrarte ahora a Argentinos?

-Sí, es un pibe bárbaro. Igual soy de adaptarme rápido, chiste va, chiste viene, yo me acomodo. Igual, Piscu, al que conocía del Sub 20, me bancó y me llevó para atrás en el micro, donde siempre están los más jodones.

-¿Te contó algo de la noche?

-Varios me dijeron que si venís solo, te perdés. Porque es muy linda y hay mucho para conocer. Pero yo vine bien acompañado...

-¿Pero si venías solo? ¿Sos un tipo de mucho levante?

-Nooo. Si a Piscu siempre le digo: "Yo soy feo, pero tengo mucha onda". Me cargo solo. Lindo no soy, por eso a veces me miro al espejo y me digo: "Cuánta onda, pero la carita no me ayuda".

-¿Y las mujeres qué dicen?

-No me dijeron "que feo que sos", pero ligué un par de "simpático". Esa es la peor...

-¿Ya eras conocido en Rafaela cuando conociste a tu novia?

-Yo debuté a los 16 en el Nacional B, y a ella la conocí a los 18, pero Nadia no tenía idea del fútbol. Siempre la cargo y le digo: "Vos me diste bola porque te enteraste de que jugaba al fútbol".

-¿Cómo sos con el pelo?

-El pelo no me ayuda, lucho con mi pelo feo. Los rulos no me gustan. Pasé por teñidos, me pelé...

-¿Compensás con tatuajes?

-Sí, me encantan. Tengo un rosario, un dragón, un payaso, un brazalete, el Sabalero (me lo hice cuando fui a Colón)... Y al año de estar de novio me hice un tatuaje con el nombre de ella. Antes pregunté si el día de mañana se podía tapar, por las dudas, viste. Pero sumé cinco puntos, ja.

-¿Y con qué restás?

-Me gusta mirar mujeres. Voy caminando con mi novia y por ahí le digo: "Mirá que linda chica". Ahora ella ya se acostumbró.

-¿Es verdad que sos un fanático de la Coca Cola?

-Sí (asume). El tema se hizo público porque Osvaldo Piazza, cuando me dirigía en Rafaela, contó que una vez fue a hacer las compras y me vio con un pack grande de Coca. Y después dijo que a mí me tenían que cuidar con la gaseosa porque era mi debilidad... Es cierto: soy adicto.

-¿El comentario fue porque tenés tendencia a engordar?

-Por ahí viene el problema... Osvaldo, en realidad, lo dijo porque quería protegerme. Con la comida me tengo que cuidar mucho y no puedo comer lo que quiero.

-¿Y quién cocina para eso?

-Mi novia. Porque no sé ni cómo hacer una tortilla, ja. Por eso ella tiene el listado de comidas. Lo cumplo a la perfección, porque si no estoy al horno. Las hamburguesas y las frituras me pueden...

-¿Y Gregorio Pérez, tu nuevo DT, te dijo algo de la dieta?

-Ahora estoy bien, más flaco que el año pasado. Hice dos pretemporadas: con Colón, y en Mar del Plata con Argentinos. La que no festejó fue mi novia: estuvimos un mes y medio sin vernos.

-¿Creés que esa distancia le hace bien a la pareja o no?

-Sí, porque tenés más ganas de verla. Aunque no digo que sin pretemporada no la extrañe, eh.

-¿Sos de llamarla diez veces por día o no te reportás?

-No, con una basta y sobra.

-¿Y a tu familia la llamás?

-Sí. El tema es que me fui a los 14 años y volví a los 20. Y ya no volví a vivir con mis papás. De pibe estuve seis meses en Boca, quedé. Pero me fui porque era chico y extrañaba... Después estuve seis meses jugando en la Liga santafesina y de ahí, a Rafaela.

-¿Qué diferencias encontrás entre Buenos Aires y Rafaela?

-Muchas. ¡Mi miedo es manejar! Me asusta el quilombo de autos porque te pasan muy cerquita. Pero me gusta Buenos Aires.

-¿Qué hacés cuando te sacás la ropa de futbolista?

-Generalmente voy al shopping. Otras debilidades que tengo son la ropa y las cosas de oro. Miro, me gusta algo y me lo compro.

-¿Y el estudio?

-Mal. El colegio, cero. Lo abandoné totalmente, me fui de muy chico. Pero quiero retomar porque sé que es muy importante.

-¿Te puso triste abandonar el colegio o el fútbol tapó todo?

-La tristeza es estar lejos de la familia, bancarme mil cosas. Hubo un año, cuando llegué a Rafaela, en el que no tenía un mango. Estuve noches enteras pensando en volverme... Aunque nunca pasé hambre, porque mis viejos me ayudaron. Y después de jugar 12 partidos empecé a cobrar. Me acuerdo de que me dijeron que me iban a pagar 300 pesos. Yo era Gardel con guitarra eléctrica cuando me lo anunciaron. "¿Dónde tengo que firmar?", me preguntaba. Pensar que mis compañeros me decían que era poca plata... Pero yo vivía en la pensión y era toda para mí. Igual, al tiempo mis compañeros y Cachín Blanco, el técnico, me ayudaron mucho y mejoré mi contrato. Feo y sin plata, estaría todo mal, ja.




Tet a tet

-¿Cómo fue tu primera vez en el sexo?
-Con una novia.
-¿Nunca pagaste?
-No, nunca. En serio.
-¿Qué chica de la tele te revoluciona a los ratones?
-Silvina Luna y Nicole Neumann, dos diosas top.
-Te definís como feo. ¿Te operarías algo?
-No (contesta rápido).
-¿Pero aceptás las operaciones de las mujeres?
-Sí, no pasa nada, porque las operaciones van por dentro.
-¿Es cierto que cuando ascendieron con Rafaela te persiguieron las mujeres?
-Sí, pero a todos, no a mí solo. Me mandaban cartas, regalos. El festejo fue impresionante. Veníamos de Mendoza y estaba toda la cuidad.
-¿Y una fan nunca te dio un beso en la boca?
-Sí. ¡Y adelante de mi novia! Yo la miraba a Nadia como diciéndole "¿qué querés que haga?".
-¿Y qué más decías?
-¿Por qué no me pasaba cuando estaba solo? Ja.
-¿Tus hermanos, que son futbolistas, te aconsejaban con las chicas?
-Sí, los dos me decían que no me dejara enganchar... Pero igual pisé el palito.

FUENTE